miércoles, 11 de mayo de 2011

LA MUJER EN LOS TOROS (CAPITULO 1)




Se expone al público en Madrid hasta el día 19 de Mayo, en la Real Casa de Correos, Plaza de la Puerta del Sol nº 7, con el nombre "Una mirada femenina en el toreo". Trata de rendir tributo a todas las mujeres que a lo largo de la historia han querido expresar su sentimiento taurino, bien sea a caballo, a pie, criando el toro, a través de una cámara, una pluma, y que han tenido que librar a traves de los años largas batallas con gobiernos y regímenes de distinta adscripción política, que atribuía al sexo masculino la exclusividad del toreo.
Por tanto con este motivo dedicaré dos capítulos a la mujer en los toros.

Una mujer puede ser torera, o torero, es lo mismo.
Al principio se les llamó señoritas toreras, desde el siglo XVIII.
Pero no solo practicaban las mujeres en aquel tiempo el toreo por afición, sino que comienzan a exhibirse por las plazas como profesionales.
En 1774, Francisca García, natural de Motril (Granada), fue a Pamplona para actuar como rejoneadora. Elevó al Ayuntamiento una instancia en la que exponía: que por particular espíritu torea a caballo con rejoncillo, y ha logrado muchos aplausos en los 10 últimos años en Cádiz, Valencia, Murcia, Granada y otras capitales. Se le negó el permiso por no parecer decoroso. Volvió a mandar la instancia al año siguiente repitiendose la denegación.

Mayor fama logró la célebre " Pajuelera". Su nombre era Nicolasa Escamilla y tuvo la suerte que Francisco de Goya la representó en uno de sus más célebres aguafuertes de la colección la tauromaquia (la nº 22 que les muestro), en la misma La Pajuelera lancea un toro en la Plaza de Zaragoza, mientras un peón tras el caballo, prepara el quite. El tema del grabado es, sin lugar a dudas, motivado por un remoto recuerdo de la juventud del notable artista, ya que La Pajuelera, aunque Goya la sitúa en aquella plaza, jamás toreó en ella.

En 1818, Andrea Cazalla rejonea, vestida de sultana.

En 1820, Antonia Fernández rejonea vestida de turca.

Varios años después, y en época de decadencia del toreo varonil, vuelven a anunciarse intrépidas toreadoras la zaragozana Magdalena García.
El 11 de Diciembre de 1836, cobraron 240 reales cada una, Magdalena García y Mariana Duro, de Valencia, la primera vestida de aldeana y la segunda de valenciana.

En 1873-74 aún anda por los ruedos Martina García con una cuadrilla completamente renovada. Llevaba como picadores a Juana López y Javiera Vidaurre, y como banderilleras a Rosa Campos, que quebraba en silla.

En ese momento aparece la torera andaluza Teresa Bolsí, que tuvo la suerte de ser inmortalizada por Gustavo Doré.

En 1886 aparece en los ruedos Dolores Sánchez ( La Fragosa ), cambió el torero femenino, su innovación más importante torear con el traje de hombre en vez de faldilla corta, y su cuadrilla estaba formada por hombres, toreó durante cinco o seis años con excelente éxito.

Quiso competir con ella Carmen Lucena ( La Garbancera ), pese a su valentía, apenas le hizo sombra.

Los escritores taurinos, de la época sentían una gran animosidad contra estas señoritas toreras, que según ellos representaban una ridícula parodia del toreo y degeneraban los gustos del público.

En 1900, María Salomé ( La Reverte ) mató un utrero en Madrid y durante algún año sostuvo su cartel.

Fue el 2 de Junio de 1908, cuando don Juan de la Cierva, ministro de la Gobernación, dicta una Real Orden prohibiendo que tomen parte las mujeres en las corridas de toros. "La Reverte" interpuso un recurso contencioso contra la Real Orden y descubrió entonces la verdad de su sexo masculino y su verdadero nombre de Agustín Rodríguez, que como novillero toreó sin fortuna.
La prohibición referida se llevó con rigor al principio, acabó por rebajarse y volvieron a torear señoritas toreras y a olvidarse el descrédito que el incidente de la Reverte atrajo sobre el gremio.

Juanita Cruz, nació en Madrid, en la calle Jorge Juan, el 17 de Febrero de 1917. Con dos años sus padres se trasladaron a vivir a la Avdª de Felipe II nº 24, casi enfrente de la plaza de toros, hoy Palacio de los Deportes de Madrid.
En 1932, en León fiestas de San Juan, en una desencajonada anunciaron que la señorita Juanita Cruz haría una exhibición de toreo moderno.
En ese momento el Reglamento Taurino prohibía actuar a las mujeres en espectaculos taurinos.
Nada más salir, el novillo, Juanita le toreó por verónicas, le hizo un quite por chicuelinas, rematando con una revolera y el público se olvidó totalmente del novillero y pedían a gritos que Juanita lidiara y matara al novillo.
En el palco principal se encontraba el Sr. Gogernador de León (un gran aficionado), cuando se pensaba detendrían a Juanita, vino la orden del Sr. Gobernador que permitía a Juanita lidiar y matar al segundo novillo que era mayor que el primero.
Cortó las dos orejas y el Sr. Gobernador la hizo subir al palco para estrechar su mano y felicitarla por su actuación tan brillante.
Enterado el mimintro de la Gobernación mandó un telegrama a todos los Gobernadores para que hicieran cumplir el Reglamento, no autorizando torear a Juanita Cruz en ningún sitio de España.
Con 1,56 metros de altuna y solo 43 kilos de peso logró en pocos años meterse a los públicos en el bolsillo.
En 1934, que cambiaron de Ministro de la Gobernación, se hicieron la vista gorda y Juanita empezó a torear con gran éxito y fue la primera mujer que tomó la alternativa.
Juanita Cruz toreó en todo el mundo taurino, México, Venezuela, y sus últimas corridas en Francia en 1947.             (  CONTINUARÁ... ) 

En las fotografias, por oden de inserción :
Cuadrilla de las Noyas, capitaneadas por Dolores Petrel, Lolita y Angelita Pagés.
Dolores Petrel, en la Habana en 1895.
María Salomé " La Reverte ".
Juanita Cruz.
La Pajuelera ( Aguafuerte nº 22 de Goya ).









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